Hay momentos espirituales
sin máscaras,
sin velos,
sin antifaz,
de juegos que inventar...
Hay momentos espirituales
de piel a piel
de miradas encontradas
de confesiones al desnudo,
desenmascarando verdades...
Hay momentos espirituales
sin brillo ni apariencia,
dónde se escapa una lágrima.
Explota el llanto
y renace una sonrisa
de los que aman
y saben perdonar!
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